¿Cómo no tener más miedo a nada?

Escrito por: Loris Vitry (entrenador y profesor de yoga)
Validado por: Cathy Maillot (osteópata)

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¿Cómo no tener más miedo a nada?
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El miedo se manifiesta en todas las áreas.

El miedo a conducir, el miedo a hablar en público, el miedo a ser traicionado en el amor son situaciones que impiden seguir adelante.

También puede ser un síntoma de estrés.

A veces te encuentras con personas que se sienten perfectamente a gusto en la sociedad y que no parecen tener miedo de nada.

Sin embargo, nadie nace valiente ni temeroso.

Controlar su miedo es una habilidad en la que se debe trabajar y mantener todos los días.

De hecho, muchos miedos provienen de una sobreestimación de los riesgos involucrados, el miedo es a menudo irracional.

Mostrar coraje no significa dejar de tener miedo de nada, sino encontrar la fuerza para superar y superar tus ansiedades.

A lo largo de los años se han publicado varios libros sobre el tema, como ¡Dejo de tener miedo! de Marie-France y Emmanuel Ballet de Coquereaumont.

Ofrecen técnicas para domar tu miedo.

Respirar para eliminar el miedo del cuerpo

Aunque la respiración es automática, en una situación de miedo o pánico nos olvidamos de respirar.

Según el libro Dejo de tener miedo, “el miedo no dice la verdad”.

Crea impresiones visuales y auditivas lo suficientemente fuertes como para que creamos en él, entonces estamos en la interpretación.

Según Emmanuel Ballet de Coquereaumont, “en realidad es un contenido inconsciente que sale a la superficie y nos supera, modificando nuestra percepción de la realidad.

Alguien nos dice algo y entendemos lo contrario.

El miedo es hermana de la imaginación ”.

Para salir del segundo estado en el que nos pone el miedo, debemos respirar profundamente por todo el cuerpo: la respiración se realiza de forma paulatina a la altura de los pies, estómago y torso.

Esta respiración completa tiene como objetivo actuar sobre las impresiones y emociones responsables de perder el control y limitarlas.

Introspección

El miedo en general paraliza por completo.

Sin embargo, un autoanálisis profundo muestra que solo una parte de nosotros tiene miedo y toma el control.

Superar tus miedos implica escuchar tu fragilidad interior.

Mediante la técnica de la introspección, se trata de descubrir «¿Quién tiene miedo en mí?».

Detrás de cada miedo, hay un deseo o una necesidad insatisfecha.

Por lo tanto, tratar solo el síntoma del miedo no resuelve el problema.

Para superarlo y seguir adelante, debes ponerle nombre a tu miedo para entenderlo y manejarlo mejor.

Sin embargo, si el miedo se convierte en ansiedades paralizantes, consulte a un especialista.

Conocerse mejor a sí mismo le permite asumir la responsabilidad, establecer metas y comprender mejor sus propios límites.

Durante sus ejercicios de introspección, desenmascare todo lo que obstaculice su valor y anótelo.

De hecho, tomar conciencia de sus dudas y miedos es minimizarlos.

Este es el primer paso para superarlos.

Además, defines los límites de tu zona de confort.

También enumere los lugares, situaciones y personas que le inspiran confianza y seguridad.

Somos más valientes cuando tenemos personas en las que confiar en momentos de necesidad.

Detén la vergüenza y la culpa

La vergüenza nunca está lejos del miedo.

Cuando tenemos miedo, instintivamente, nos sentimos ridículos.

La impresión de ser «nulo» conduce a la culpa y paraliza toda acción.

Entonces nos sentimos culpables por no actuar.

En estos casos, a menudo se aconseja «hacerse violencia a sí mismo».

Si este método funciona con algunos, para otros, solo termina alterando aún más esta parte vulnerable de uno mismo.

Otra técnica propuesta es tranquilizar al niño en sí mismo para devolverle su lugar a su sensibilidad.

El objetivo de esta técnica es armonizar las dos partes que hay en uno mismo: el niño y el adulto son uno en realidad.

Si bien la norma hoy es ser siempre más fuerte, siempre más perfecto, debes tener el coraje de ir contra la corriente y permitirte tener miedo.

Acéptese y permítase vivir

El miedo es la expresión de prohibiciones derivadas de la educación, la religión y los valores defendidos por la sociedad.

Es el resultado de un proceso de adaptación cultural.

Para ser aceptado y amado, el individuo acepta cumplir con exigencias familiares y sociales que no siempre están en consonancia con su yo interior.

Esta presión social bloquea la expresión de su verdadera personalidad y limita el abanico de posibilidades del interesado.

Los psicoprácticos aconsejan ofrecer nuevas autorizaciones.

Escríbalos en color en hojas blancas, luego colóquelos en casa, en lugares que visite regularmente como la cocina por ejemplo.

Al leerlos y releerlos, los creerá y comenzará a integrarlos.

Por ejemplo, permitirse tener emociones sin miedo a ser juzgado.

Otra cosa beneficiosa que puede hacer es satisfacer sus necesidades y darse un capricho.

Aprende a prestarte atención a ti mismo, a permitirte existir, luego el miedo desaparecerá gradualmente por sí solo en tu vida.

Dude menos y actúe más rápido porque el miedo y la vacilación suelen aparecer cuando se tarda demasiado en tomar decisiones.

Sus decisiones a veces resultarán malas en retrospectiva, pero al menos habrá tenido el coraje de tomar decisiones y, especialmente, de permitirse hacer las cosas que le convengan.

Tener coraje es poder afirmarse, seguir siendo uno mismo y afrontar las consecuencias de sus actos.

Así que no se trata de ocultar tus miedos.

Reconocer tu miedo no es en modo alguno una admisión de debilidad, al contrario, es mostrar coraje y despojar a tus ansiedades de su fuerza paralizante.

Conclusión

Dejar de tener miedo comienza saliendo de tu zona de confort.

Implica aceptar sentir tu miedo y abrazarlo.

Oblígate a hablar con gente nueva, a cambiar tus hábitos diarios, a descubrir cosas nuevas que te tienten.

Salir de tu zona de confort requiere un poco de esfuerzo, pero es una buena forma de generar coraje.

Tenga en cuenta que el miedo es una emoción tan natural como útil.

De hecho, tener miedo te permite alejarte instintivamente de un peligro potencial.

El miedo es una alarma interna.

Le permite reducir riesgos y salvar su vida.

Por tanto, no se trata de eliminarlo por completo.

Más bien, es aprender a identificarlo, prestarle atención y analizarlo para superarlo.

Por tanto, es el efecto incapacitante del miedo el que debe abordarse.

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