Conducir estrés y ansiedad durante la conducción: ¿qué soluciones?
Escrito por: Loris Vitry (entrenador y profesor de yoga)
Validado por: Cathy Maillot (osteópata)
Advertencia : si tiene alguna pregunta o inquietud médica, hable con su médico. Incluso si los artículos en este sitio se basan en estudios científicos, no reemplazan el consejo, diagnóstico o tratamiento médico profesional.
Si bien muchas personas disfrutan conduciendo, otras están traumatizadas.
Aún llamado amaxofobia, el miedo a conducir puede parecer injustificado para muchas personas, pero es una patología real que afecta al 27% de los franceses.
No es muy conocido porque la mayoría de quienes lo padecen se avergüenzan de ello.
Y, sin embargo, el estrés al conducir puede ser muy incapacitante a diario, ya que es una fuente de ansiedad y una gran incomodidad.
¿Cuáles son las causas de la amaxofobia y cómo se puede superar?
Las causas de la amaxofobia
El miedo a conducir es en la mayoría de los casos el resultado de un trauma relacionado con un accidente de tráfico.
Da lugar a ansiedad temporal o permanente en algunos casos.
Se vuelve patológico cuando perdura en el tiempo.
Suele agravarse por el estado opresivo de determinadas infraestructuras viarias como puentes, túneles que molestan a los claustrofóbicos, atascos, etc.
Este trauma también puede afectar a personas cuyos seres queridos han sido víctimas de un accidente y que les han afectado emocionalmente.
En ambos casos, por tanto, se trata de un trastorno de estrés postraumático.
Sin embargo, la amaxofobia también puede afectar a personas que no han estado involucradas en un accidente de tráfico.
En este tipo de casos, se puede relacionar con otras fobias como la agorafobia y / o el miedo a las alturas.
Algunos conductores se sienten confundidos mientras están detrás del volante cuando hay pasajeros en su automóvil, mientras que otros están ansiosos cuando están solos en su automóvil.
Una gran proporción de personas con miedo a conducir dicen verse afectadas por el comportamiento inseguro de algunos usuarios de la vía.
Estos casos están relacionados con un fuerte sentimiento de falta de confianza en uno mismo.
Para algunos todavía, el miedo a conducir es de origen hereditario.
Aunque esta percepción no es convincente, puede tener su origen en la transmisión de una falta de confianza al joven conductor.
De hecho, si durante su formación, el joven conductor a menudo es devaluado y asaltado por información negativa sobre los peligros asociados con la conducción, lamentablemente puede verse afectado.
Manifestaciones de amaxofobia
La fobia a la conducción se manifiesta de diferentes formas.
El grado de convulsiones varía de un sujeto a otro.
En algunas personas, la discapacidad puede ser muy pesada e incluso puede constituir un bloqueo real.
El sujeto es completamente incapaz de conducir.
Estos casos son raros y merecen atención psicológica.
En otros, el estrés al conducir surge como resultado de entrar en contacto con factores desencadenantes o ideas inquietantes.
Estas personas pueden tener un ataque de pánico repentino que les causa malestar y pérdida del control de sus sentidos.
Por lo general, sigue una serie de síntomas desagradables como sudoración excesiva, temblores, mareos, palpitaciones, aturdimiento, etc.
En otros sujetos, la minusvalía es más o menos leve y el malestar puede estar presente durante todo el tiempo al volante y se manifiesta en un estado de estrés que perturba su concentración.
También resulta en un malestar interior, cuyos signos son perceptibles.
El conductor tiene las manos sudorosas y le falta confianza al volante.
Conducir se convierte en un verdadero dolor y en una fuente de ansiedad.
Soluciones para superar la amaxofobia
Son necesarios varios enfoques para superar el miedo a conducir.
Una combinación de estas diferentes técnicas puede ayudar al sujeto a superar rápidamente su miedo a conducir.
Toma clases de refuerzo
Un método para superar la amaxofobia es tomar clases de fortalecimiento.
Si bien esta fobia no es la causa de la conducción incompetente, las lecciones de conducción de refuerzo pueden ayudar a aumentar la confianza del conductor.
Alimentarse de pensamientos positivos para combatir las ideas obsesivas
La reprogramación psíquica también es necesaria para romper el círculo vicioso de los pensamientos negativos y obsesivos.
Los pensamientos negativos que podemos albergar sobre los peligros de la carretera son difíciles de combatir, pero la buena disciplina y la ayuda de quienes nos rodean pueden ayudar.
Las declaraciones de frases completas sobre su capacidad para conducir bien y llegar de forma segura a su destino son una gran solución.
Sin embargo, al principio no producen un efecto milagroso.
Se necesitará convicción y paciencia durante varios días para ver los efectos beneficiosos en su estado de confianza al volante.
Practique ejercicios de respiración para bajar la presión arterial
Como en todas las situaciones de estrés y pánico, la respiración juega un papel importante.
Las personas muy afectadas por la amaxofobia pueden sobrevivir aceptando su patología primero y practicando ejercicios de respiración en segundo lugar.
Necesitan anticiparse a los ataques de pánico cada vez que necesitan ponerse al volante dándose unos minutos de descanso.
Durante este descanso, la práctica diligente de un ejercicio de respiración profunda y lenta y el relajamiento de los músculos ayudarán a reducir el estrés asociado con el miedo a conducir.
Estos ejercicios de respiración y relajación deben practicarse de forma asidua y diaria para obtener buenos resultados.
Ya sea en casa o al ponerse al volante, esos pocos minutos son importantes para liberar la tensión provocada por el estrés.
También es muy recomendable detenerse en el camino según sea necesario para hacerlo cuando sintamos el inicio de un ataque de pánico.
Además de todas estas diferentes técnicas, existe la desensibilización.
Es una terapia de realidad virtual.
Consiste en poner al paciente en situación de conducción mediante el uso de un casco que actúa como simulador.
Ayuda al cerebro a familiarizarse con el miedo y a desmitificarlo mediante la adaptación de los sentidos.
Estos ejercicios deben repetirse varias veces para familiarizar al cerebro con las situaciones de conducción.
Si bien la conducción es una actividad que a veces nos puede someter a peligros reales, el miedo a conducir no está totalmente justificado por el miedo a sufrir accidentes de tráfico.
Es seguro decir que tiene sus raíces en el miedo a tener miedo.
Se convierte así en una auténtica patología cuando nos impide hacer lo que hemos aprendido a hacer, que es conducir.
De ahí la necesidad de ser conscientes de ello y hacernos cargo de nosotros mismos para recuperar el control de esta anomalía.
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